Nº 111 - LA SIMBOLOGÍA DE LAS VELAS pt. 1

Hay momentos en los que encender una vela se convierte en un gesto casi necesario. Puede ocurrir en la vida de cada uno de nosotros, en momentos precisos, o incluso en momentos delineados en el curso de nuestros días; nos encontraremos encendiendo una vela cuando estemos enamorados, para crear la atmósfera adecuada, o cuando necesitemos concentrarnos, tal vez. También la encenderemos por la noche, para disfrutar de la luz tenue y relajarnos, o en una tarde de fiesta, para que todos nuestros invitados disfruten de la llama y el aroma de nuestra vela favorita.

Pero, al igual que cada ocasión es diferente, también lo es cada vela; por eso, hoy queremos ver cómo para distintos momentos puede ser más apropiada una vela u otra.

Cuando estamos enamorados, queremos rodearnos más que nada de ambientes idílicos capaces de evocar en nosotros los sueños que nuestros sentimientos nos están haciendo vivir. Así que si queremos encender una vela por este motivo, seguramente la elección correcta sea elegir una con notas amaderadas y toques de incienso y ámbar, para que la fragancia que se desprenderá en el aire pueda representar mejor la profundidad del amor que sentimos.

Si, por el contrario, necesitamos concentrarnos, y optamos por encender una vela para que recree el escenario perfecto para la relajación y concentración de nuestra mente, entonces debemos optar por una vela con notas verdes y fragantes, para que la llamada de la naturaleza nos lleve a conseguir cualquier objetivo.

Sin duda, hay muchas situaciones en las que encender una vela, y además cambian a lo largo del día. ¿Quieres descubrir con nosotros qué vela debes encender según la hora del día? ¡Te esperamos la semana que viene!

 

Escrito por Adele.

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