Nº 112 - LA SIMBOLOGÍA DE LAS VELAS pt. 2

Hemos visto cómo una vela puede ser una elección ganadora si estamos enamorados, y cómo lo es igualmente si nuestra mente necesita relajarse para alcanzar la máxima concentración.

Pero al igual que hay etapas de la vida en las que podemos sentir la necesidad, más que otras, de dejarnos arropar por el vaivén de la llama de una vela, también hay momentos del día que se prestan mejor que otros para hacerlo.

Si, por ejemplo, llegamos tarde a casa después de un largo día de trabajo, o si queremos descansar tras un maravilloso día fuera, la idea de acomodarnos en nuestro sofá y dejar que el calor de una vela nos ilumine por sí sola puede ser realmente la opción que necesitamos. En este caso, ¿por qué no optar por velas capaces de relajar con su aroma, como las caracterizadas por notas marinas? En un abrir y cerrar de ojos, la fragancia que se desprende en el aire nos hará sentir como si nos arrullaran las olas del mar, y con la mente podremos viajar, sintiéndonos al instante más tranquilos y descansados.

Si, por el contrario, hemos organizado una tarde con amigos, para celebrar una ocasión importante o simplemente para disfrutar de la compañía de los demás, puede que decidamos encender unas cuantas velas para alegrar el ambiente y deleitar a nuestros invitados con notas acogedoras. Así que da luz verde a notas chispeantes y cítricas que transformarán el ambiente y le darán esas notas vivas de las que no podrás prescindir.

Y tú, ¿a qué hora del día prefieres encender una vela y cuál te gusta más? Háznoslo saber en los comentarios.

 

Escrito por Adele.

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