Nº 3 - VERANO

En verano existe esa maravilla de que, mires donde mires, puedes encontrar maravillas o, en el mejor de los casos, crearlas. Basta con salir a pasear para encontrarse ahora frente a un muro de buganvillas, con su aroma tácito de flor delicada, efímera, a veces espinosa, y ahora un plumbago que esconde su esencia en su ligereza.

Olor a olivo, esencia marina.

Y, de repente, un paseo junto al mar se convierte en un pretexto para recoger sensaciones olorosas veraniegas: una ola que da salpicaduras y un sabor a sal, la arena que se levanta ligera y trae el calor, la fragancia de agosto. De nuevo, el campo y las mazorcas de maíz, una higuera a medio camino; olores que se vuelven sutiles y penetran bajo la piel, el aroma de las tardes calurosas y las brisas imperceptibles.

Un atardecer en las montañas, donde parece estar más cerca del sol, con el dulce aroma de la naturaleza preparándose para el final de una temporada. El verano es algo bello: sólo hay que imaginar un aroma porque el mundo entero parece dispuesto a regalárnoslo.

 

Escrito por Adele

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