Nº 6 - DESCUBRAMOS JUNTOS LA VIDA DE UN PERFUME CONOCIENDO SU PIRÁMIDE OLFATIVA
Quizá no todo el mundo sepa que cuando tenemos un perfume entre las manos, ya sea para la habitación o para una persona, tenemos delante una sustancia viva. De hecho, el perfume cambia y evoluciona siguiendo una pirámide olfativa dividida en tres niveles: notas de salida, de corazón y de base. Esta clasificación, que se ha convertido en un estándar de la perfumería moderna, es obra del perfumista inglés G.W. Septimus Piesse.
La sucesión de estos tres grupos de notas, uno tras otro, determina el desarrollo de la fragancia a lo largo del tiempo, según la pirámide olfativa: las notas de salida son las primeras que percibimos, pero también las primeras que desaparecen, seguidas por las notas de corazón y las de fondo.
Las notas de salida son las notas olfativas más volátiles: son ligeras, frescas y delicadas, y se desvanecen en unos 15 minutos. Las notas olfativas de salida son lo que nos presenta un perfume en el primer momento en que lo olemos: nos hacen querer descubrir la fragancia y nos incitan a adquirirla. Volviendo a las notas de salida incluyen aromas cítricos y marinos, así como olores aromáticos.
Las notas de corazón son aquellas centrales de la pirámide olfativa, las más fuertes y persistentes; surgen después de las notas de salida, duran entre dos y tres horas y expresan la parte más potente de una fragancia, la llamada "estela" de un perfume. Las notas de corazón contienen fragancias florales, verdes y afrutadas.
Con las notas de base, tocamos el fondo de un perfume: las notas de base expresan todas las materias primas más persistentes que se difunden lentamente y pueden permanecer incluso más de veinticuatro horas. Es en esta fase cuando un perfume consigue transmitir su personalidad, permitiendo a quien lo siente reconocerse en ese perfume, y encariñarse con él. Las notas de base son fragancias especiadas y amaderadas, orientales y ambarinas, almizcladas y con reminiscencias de cuero.
Escrito por Adele